domenica 15 marzo 2009

Las lenguas de la épica: el portugués y el Renacimiento, el griego entre la Antigüedad y la era espacial

Quizá una de las ideas más arraigadas en las culturas es la de que el ser humano está de paso por el mundo. Sin embargo, a pesar de esta evidencia biológica indiscutible, o tal vez gracias a ella, el ser humano siempre ha buscado perdurar a través del tiempo y de las generaciones. La intención última de los grandes monumentos, de las obras de arte o de ingeniería que aún hoy son objeto de admiración es la de no dejarse vencer por el monstruo de cien cabezas que es el olvido. Como Perseo en su lucha contra Medusa, también las lenguas han tenido que esgrimir sus más variadas estratagemas y acuñar figuras trascendentales que eviten que este agujero negro llamado olvido las engulla, junto con todos aquellos que las han hablado.

Algunas de ellas lo han logrado de modo admirable durante más de veinticinco siglos y se han mantenido, no sin dificultades de toda clase, como fuente de savia para sus hermanas, hijas o conocidas. Seguramente la lengua y la cultura más representativa de esto es la griega. Desde el esplendor homérico y clásico, pasando por su simbiosis con la cultura romana y su hibernación (que no letargo) en la Edad Media o durante el largo dominio turco, la lengua griega ha sabido asimilar y ofrecer al género humano las obras más sublimes sin quedar desfigurada en la empresa.

Como la epopeya de los Argonautas, la historia de la lengua griega es épica, a tal punto que fue escogida por la NASA como mensajera de la raza humana para contactar a eventuales (¿improbables?) culturas extraterrestres en la misión Mars Odyssey en 2001. En aquella misión la lengua helénica no estaba sola. La acompañaba la música, lenguaje universal por excelencia, de la mano de un compositor griego de nuestros días: Evangelos Odysseas Papathanassiou, más conocido como Vangelis. "Mythodea" es el título de la composición en diez movimientos que Vangelis hizo para esta misión espacial. El 28 de junio de 2001 se realizó un gran concierto en el Templo de Zeus en Atenas, con el compositor, la Orquesta Metropolitana de Londres, el Coro de la Ópera Nacional de Grecia y las sopranos Jessye Norman y Kathleen Battle. De ella propongo los movimientos 6,9 y 10.


"Mythodea" - Movimiento 6


"Mythodea" - Movimiento 9


"Mythodea" - Movimiento 10


Volviendo atrás en la historia, el Renacimiento fue el momento en que la cultura occidental redescubrió y reasumió sus raíces grecorromanas. Si bien ya en tiempos de los trovadores provenzales (s. XIII) la concepción del mundo comenzara a desplazarse de lo religioso hacia lo humano, solamente en la Florencia del siglo XIV se dio el gran paso. La nueva concepción pasó prácticamente desapercibida al comienzo, pero poco a poco fue extendiéndose, tal vez a la par que los tratos comerciales y financieros de los florentinos. En el siglo XV el Renacimiento reinaba en casi toda Europa e Italia era, de nuevo, el centro del mundo económico y cultural. La lengua italiana (es decir, el florentino de Dante, Petrarca y Boccaccio) dejaría fuertes improntas en las principales lenguas literarias europeas: el francés, el español y el portugués. Es justamente el portugués la lengua que daría uno de los monumentos líricos más importantes del Renacimiento, tal vez el último, puesto que el "tsunami" de la Contrarreforma y el Barroco ya habían cubierto los otrora bastiones del Renacimiento. Se trata del poema épico "Os Lusíadas" de Luis Vaz de Camões (1524 - 1580), publicado en 1572. La vida de Camões, como la de Jasón, tiene connotaciones épicas. De hecho el viaje narrado en su obra cimera fue a decir poco autobiográfico y producto del destierro. He aquí un interesante video sobre "Os Lusíadas", con texto de un poema de Fernando Pessoa, el otro poeta portugués universal, y la pieza musical titulada "Lux Aeterna", del compositor inglés Clint Mansell. La gloria del gran poeta portugués, tan esquiva en vida, llegó después de muerto y se ha perpetuado como el Gran Autor en lengua portuguesa, estandarte del Renacimiento.






Perseo ha vuelto a vencer a Medusa ("Perseo" de Benvenuto Cellini, Piazza della Signoria, Florencia, 1545 - 1554)

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