En 1989 yo era estudiante de la carrera de español-francés en la Universidad Nacional de Colombia, donde ahora soy profesor de italiano y de traducción y lingüística francesa. Gracias a la profesora Rosalía Cortés, una de mis profesoras de entonces, hoy Profesora Honoraria de la Universidad, el mundo francófono pasó a tener para mí una extensión que trascendía la Tour Eiffel y el tan pregonado Hexágono: se abrió como un huracán en primer lugar a Martinica, Guadalupe y Haití. Luego, desde el Maghreb pasó a las vastas extensiones de desiertos, junglas, playas, montañas e islas del África subsahariana continental e insular. Por aquella época el entonces Centro de Idiomas daba un paso de gigante al admitir traducciones como trabajo de grado (lo que contrasta con las actuales políticas del hoy Departamento de Lenguas Extranjeras de querer reducir las perspectivas de los estudiantes únicamente a la didáctica, ojalá del inglés).
En aquel momento la profesora Rosalía Cortés invitó a varios estudiantes de la carrera de español-francés a conformar un grupo de trabajo en torno a la traducción de textos sobre las Antillas francófonas. Los interesados, entre ellos yo, empezamos a trabajar traduciendo artículos de la revista Notre Librairie (que desde 2007 se llama "Cultures Sud") y algunos extractos de obras literarias de autores como Aimé Césaire, Maryse Condé o Vincent Placoly. Pronto el horizonte antillano fue insuficiente porque para realizar nuestro trabajo siempre aparecía el término Negritud (Négritude) como punto fundamental para comprender a los autores y realidades antillanos. Se hizo imperioso ampliar nuestro campo de acción al África francófona y, al hacerlo, nos encontramos inmersos también en la sensibilidad común que une al Caribe francófono con el Caribe (continental e insular) hispanohablante y al Brasil de alma negra: un hilo conductor unía a los francófonos del África con los de las Antillas y a todos ellos con autores como Alejo Carpentier, José Lezama Lima o Gabriel García Márquez en la América hispana, y a otros como Jorge Amado en la lusofonía brasileña.
Nuestro grupo de trabajo pasó a llamarse entonces "Taller de Traducción de Literaturas Afro-Americanas". Sus integrantes éramos, en primer lugar la profesora Rosalía Cortés, quien lo coordinaba; mis compañeras de entonces y hoy colegas: Mercedes Aldana, Claudia Marcela Alonso, Martha Rocío Lozano, Angélica Peñaloza, Carolina Plata y Juanita Salamanca, y yo, Rodolfo Suárez.
Uno de los trabajos más gratificantes del grupo fue la traducción de los textos de la exposición "Littératures d'Afrique noire de A à Z", coordinada por Bernard Magnier y promovida por el Servicio Cultural de la Embajada de Francia en Colombia. La exposición fue presentada en 1990 en la Embajada, que donó los paneles a la Universidad Nacional de Colombia.
Como homenaje a todos aquellos que hablamos francés (como lengua materna, segunda o extranjera) y al grupo de trabajo de mis años de estudiante, transcribo la traducción al español del texto que sobre la lengua francesa se presentó en la exposición. El texto está acompañado por citas de varios escritores africanos francófonos. La autoría de la traducción es del "Taller de Traducción de Literaturas Afro-Americanas" - Universidad Nacional de Colombia (1990).
En Francés, el texto
La lengua francesa sigue siendo el principal soporte lingüístico de los escritores del África Francófona. Sin embargo, de cuando en cuando, la lengua también acepta algunos aportes en el plano de la sintaxis, de las imágenes, de los símbolos obligados en las lenguas y en la vida diaria africana.
¿Enriquecimiento o deformación de la lengua? El debate parece ir más lejos. Hoy lo esencial está en la búsqueda estética y en la atención al plano de la forma.
"Le transmito una sensibilidad mandinga a la lengua francesa en que me expreso." (Massa Makan Diabaté)
"Aprendiendo a leer para poder escribir, escuché mucho para saber leer e intenté escribir bien las voces de mi pueblo." (Birago Diop)
"Por accidente histórico nos expresamos en la lengua de Molière." (Cheik Aliou Ndao)
"Mi realidad congolesa se vive en francés. La escuela es en francés, los discursos y la Constitución están en francés. La calle vive en francés. Entonces me dan ganas de escribir para aquellas gentes." (Sony Labou Tansi)
"El francés no es un obstáculo; puedo plegarlo, modularlo a mi antojo y hacerlo expresar el pasado, el drama, la risa, la magia, y mis visiones del África." (Jean-Marie Adiaffi)
"Trato de darle a mi francés, que no es el francés de Francia, un colorido africano intercalando proverbios, relatos y, sobre todo, haciéndole ... bastarditos a la lengua francesa." (Massa Makan Diabaté)
"La lengua francesa me coloniza y yo, a mi turno, la colonizo." (Tchicaya U. Tam'Si)
"Siempre que me expreso en francés, en alguna parte de mí está la lengua "peulhe" que me interpela y me llama a cuentas." (Tierno Monenembo)
"Traduzco el malinke al francés, quebrando el francés para reencontrar el ritmo africano." (Ahmadou Kourouma)
"Sin importar la lengua, como escritor sería siempre escritor." (Tchicaya U. Tam'Si)
"Digo que voy a hablar congolés, que voy a hablar congolés en francés, escribiendo en esta lengua prestada que amo." (Henri Lopès)
"Pienso en malinke y escribo en francés tomándome la libertad que creo natural con la lengua clásica." (Ahmadou Kourouma)
Al leer de nuevo estas líneas, escritas hace tantos años en conjunto con mi profesora y mis compañeras de la Universidad, y pensando en lo que he escrito en el blog a propósito de la lengua como patria (Fernando Pessoa, Sándor Márai, Norman Manea), no puedo evitar preguntarme si para todos estos escritores africanos francófonos "su" patria sea "su" respectiva lengua y si el francés no es para ellos más que un recurso para mimetizarse, así como lo es la luz del sol para el camaleón: cazador por naturaleza.
Hace ya un año moría uno de los padres del movimiento de la Negritud: Aimé Césaire. He aquí una interesante discusión que por aquella época hacía el escritor Stéphane Zagdanski a propósito de este movimiento.
En aquel momento la profesora Rosalía Cortés invitó a varios estudiantes de la carrera de español-francés a conformar un grupo de trabajo en torno a la traducción de textos sobre las Antillas francófonas. Los interesados, entre ellos yo, empezamos a trabajar traduciendo artículos de la revista Notre Librairie (que desde 2007 se llama "Cultures Sud") y algunos extractos de obras literarias de autores como Aimé Césaire, Maryse Condé o Vincent Placoly. Pronto el horizonte antillano fue insuficiente porque para realizar nuestro trabajo siempre aparecía el término Negritud (Négritude) como punto fundamental para comprender a los autores y realidades antillanos. Se hizo imperioso ampliar nuestro campo de acción al África francófona y, al hacerlo, nos encontramos inmersos también en la sensibilidad común que une al Caribe francófono con el Caribe (continental e insular) hispanohablante y al Brasil de alma negra: un hilo conductor unía a los francófonos del África con los de las Antillas y a todos ellos con autores como Alejo Carpentier, José Lezama Lima o Gabriel García Márquez en la América hispana, y a otros como Jorge Amado en la lusofonía brasileña.
Nuestro grupo de trabajo pasó a llamarse entonces "Taller de Traducción de Literaturas Afro-Americanas". Sus integrantes éramos, en primer lugar la profesora Rosalía Cortés, quien lo coordinaba; mis compañeras de entonces y hoy colegas: Mercedes Aldana, Claudia Marcela Alonso, Martha Rocío Lozano, Angélica Peñaloza, Carolina Plata y Juanita Salamanca, y yo, Rodolfo Suárez.
Uno de los trabajos más gratificantes del grupo fue la traducción de los textos de la exposición "Littératures d'Afrique noire de A à Z", coordinada por Bernard Magnier y promovida por el Servicio Cultural de la Embajada de Francia en Colombia. La exposición fue presentada en 1990 en la Embajada, que donó los paneles a la Universidad Nacional de Colombia.
Como homenaje a todos aquellos que hablamos francés (como lengua materna, segunda o extranjera) y al grupo de trabajo de mis años de estudiante, transcribo la traducción al español del texto que sobre la lengua francesa se presentó en la exposición. El texto está acompañado por citas de varios escritores africanos francófonos. La autoría de la traducción es del "Taller de Traducción de Literaturas Afro-Americanas" - Universidad Nacional de Colombia (1990).
En Francés, el texto
La lengua francesa sigue siendo el principal soporte lingüístico de los escritores del África Francófona. Sin embargo, de cuando en cuando, la lengua también acepta algunos aportes en el plano de la sintaxis, de las imágenes, de los símbolos obligados en las lenguas y en la vida diaria africana.
¿Enriquecimiento o deformación de la lengua? El debate parece ir más lejos. Hoy lo esencial está en la búsqueda estética y en la atención al plano de la forma.
"Le transmito una sensibilidad mandinga a la lengua francesa en que me expreso." (Massa Makan Diabaté)
"Aprendiendo a leer para poder escribir, escuché mucho para saber leer e intenté escribir bien las voces de mi pueblo." (Birago Diop)
"Por accidente histórico nos expresamos en la lengua de Molière." (Cheik Aliou Ndao)
"Mi realidad congolesa se vive en francés. La escuela es en francés, los discursos y la Constitución están en francés. La calle vive en francés. Entonces me dan ganas de escribir para aquellas gentes." (Sony Labou Tansi)
"El francés no es un obstáculo; puedo plegarlo, modularlo a mi antojo y hacerlo expresar el pasado, el drama, la risa, la magia, y mis visiones del África." (Jean-Marie Adiaffi)
"Trato de darle a mi francés, que no es el francés de Francia, un colorido africano intercalando proverbios, relatos y, sobre todo, haciéndole ... bastarditos a la lengua francesa." (Massa Makan Diabaté)
"La lengua francesa me coloniza y yo, a mi turno, la colonizo." (Tchicaya U. Tam'Si)
"Siempre que me expreso en francés, en alguna parte de mí está la lengua "peulhe" que me interpela y me llama a cuentas." (Tierno Monenembo)
"Traduzco el malinke al francés, quebrando el francés para reencontrar el ritmo africano." (Ahmadou Kourouma)
"Sin importar la lengua, como escritor sería siempre escritor." (Tchicaya U. Tam'Si)
"Digo que voy a hablar congolés, que voy a hablar congolés en francés, escribiendo en esta lengua prestada que amo." (Henri Lopès)
"Pienso en malinke y escribo en francés tomándome la libertad que creo natural con la lengua clásica." (Ahmadou Kourouma)
Al leer de nuevo estas líneas, escritas hace tantos años en conjunto con mi profesora y mis compañeras de la Universidad, y pensando en lo que he escrito en el blog a propósito de la lengua como patria (Fernando Pessoa, Sándor Márai, Norman Manea), no puedo evitar preguntarme si para todos estos escritores africanos francófonos "su" patria sea "su" respectiva lengua y si el francés no es para ellos más que un recurso para mimetizarse, así como lo es la luz del sol para el camaleón: cazador por naturaleza.
Hace ya un año moría uno de los padres del movimiento de la Negritud: Aimé Césaire. He aquí una interesante discusión que por aquella época hacía el escritor Stéphane Zagdanski a propósito de este movimiento.
Nessun commento:
Posta un commento