domenica 29 marzo 2009

Experiencias con la Francofonía (I): el encuentro

En 1989 yo era estudiante de la carrera de español-francés en la Universidad Nacional de Colombia, donde ahora soy profesor de italiano y de traducción y lingüística francesa. Gracias a la profesora Rosalía Cortés, una de mis profesoras de entonces, hoy Profesora Honoraria de la Universidad, el mundo francófono pasó a tener para mí una extensión que trascendía la Tour Eiffel y el tan pregonado Hexágono: se abrió como un huracán en primer lugar a Martinica, Guadalupe y Haití. Luego, desde el Maghreb pasó a las vastas extensiones de desiertos, junglas, playas, montañas e islas del África subsahariana continental e insular. Por aquella época el entonces Centro de Idiomas daba un paso de gigante al admitir traducciones como trabajo de grado (lo que contrasta con las actuales políticas del hoy Departamento de Lenguas Extranjeras de querer reducir las perspectivas de los estudiantes únicamente a la didáctica, ojalá del inglés).

En aquel momento la profesora Rosalía Cortés invitó a varios estudiantes de la carrera de español-francés a conformar un grupo de trabajo en torno a la traducción de textos sobre las Antillas francófonas. Los interesados, entre ellos yo, empezamos a trabajar traduciendo artículos de la revista Notre Librairie (que desde 2007 se llama "Cultures Sud") y algunos extractos de obras literarias de autores como Aimé Césaire, Maryse Condé o Vincent Placoly. Pronto el horizonte antillano fue insuficiente porque para realizar nuestro trabajo siempre aparecía el término Negritud (Négritude) como punto fundamental para comprender a los autores y realidades antillanos. Se hizo imperioso ampliar nuestro campo de acción al África francófona y, al hacerlo, nos encontramos inmersos también en la sensibilidad común que une al Caribe francófono con el Caribe (continental e insular) hispanohablante y al Brasil de alma negra: un hilo conductor unía a los francófonos del África con los de las Antillas y a todos ellos con autores como Alejo Carpentier, José Lezama Lima o Gabriel García Márquez en la América hispana, y a otros como Jorge Amado en la lusofonía brasileña.

Nuestro grupo de trabajo pasó a llamarse entonces "Taller de Traducción de Literaturas Afro-Americanas". Sus integrantes éramos, en primer lugar la profesora Rosalía Cortés, quien lo coordinaba; mis compañeras de entonces y hoy colegas: Mercedes Aldana, Claudia Marcela Alonso, Martha Rocío Lozano, Angélica Peñaloza, Carolina Plata y Juanita Salamanca, y yo, Rodolfo Suárez.

Uno de los trabajos más gratificantes del grupo fue la traducción de los textos de la exposición "Littératures d'Afrique noire de A à Z", coordinada por Bernard Magnier y promovida por el Servicio Cultural de la Embajada de Francia en Colombia. La exposición fue presentada en 1990 en la Embajada, que donó los paneles a la Universidad Nacional de Colombia.

Como homenaje a todos aquellos que hablamos francés (como lengua materna, segunda o extranjera) y al grupo de trabajo de mis años de estudiante, transcribo la traducción al español del texto que sobre la lengua francesa se presentó en la exposición. El texto está acompañado por citas de varios escritores africanos francófonos. La autoría de la traducción es del "Taller de Traducción de Literaturas Afro-Americanas" - Universidad Nacional de Colombia (1990).

En Francés, el texto

La lengua francesa sigue siendo el principal soporte lingüístico de los escritores del África Francófona. Sin embargo, de cuando en cuando, la lengua también acepta algunos aportes en el plano de la sintaxis, de las imágenes, de los símbolos obligados en las lenguas y en la vida diaria africana.

¿Enriquecimiento o deformación de la lengua? El debate parece ir más lejos. Hoy lo esencial está en la búsqueda estética y en la atención al plano de la forma.

"Le transmito una sensibilidad mandinga a la lengua francesa en que me expreso." (Massa Makan Diabaté)

"Aprendiendo a leer para poder escribir, escuché mucho para saber leer e intenté escribir bien las voces de mi pueblo." (Birago Diop)

"Por accidente histórico nos expresamos en la lengua de Molière." (Cheik Aliou Ndao)

"Mi realidad congolesa se vive en francés. La escuela es en francés, los discursos y la Constitución están en francés. La calle vive en francés. Entonces me dan ganas de escribir para aquellas gentes." (Sony Labou Tansi)

"El francés no es un obstáculo; puedo plegarlo, modularlo a mi antojo y hacerlo expresar el pasado, el drama, la risa, la magia, y mis visiones del África." (Jean-Marie Adiaffi)

"Trato de darle a mi francés, que no es el francés de Francia, un colorido africano intercalando proverbios, relatos y, sobre todo, haciéndole ... bastarditos a la lengua francesa." (Massa Makan Diabaté)

"La lengua francesa me coloniza y yo, a mi turno, la colonizo." (Tchicaya U. Tam'Si)

"Siempre que me expreso en francés, en alguna parte de mí está la lengua "peulhe" que me interpela y me llama a cuentas." (Tierno Monenembo)

"Traduzco el malinke al francés, quebrando el francés para reencontrar el ritmo africano." (Ahmadou Kourouma)

"Sin importar la lengua, como escritor sería siempre escritor." (Tchicaya U. Tam'Si)

"Digo que voy a hablar congolés, que voy a hablar congolés en francés, escribiendo en esta lengua prestada que amo." (Henri Lopès)

"Pienso en malinke y escribo en francés tomándome la libertad que creo natural con la lengua clásica." (Ahmadou Kourouma)

Al leer de nuevo estas líneas, escritas hace tantos años en conjunto con mi profesora y mis compañeras de la Universidad, y pensando en lo que he escrito en el blog a propósito de la lengua como patria (Fernando Pessoa, Sándor Márai, Norman Manea), no puedo evitar preguntarme si para todos estos escritores africanos francófonos "su" patria sea "su" respectiva lengua y si el francés no es para ellos más que un recurso para mimetizarse, así como lo es la luz del sol para el camaleón: cazador por naturaleza.

Hace ya un año moría uno de los padres del movimiento de la Negritud: Aimé Césaire. He aquí una interesante discusión que por aquella época hacía el escritor Stéphane Zagdanski a propósito de este movimiento.




giovedì 26 marzo 2009

La lengua como patria: el caso de Norman Manea y del rumano

Hace ya varias semanas, navegando por la Red, encontré un interesantísimo artículo publicado en abril de 2005 en la revista digital mexicano-española "Letras Libres". El artículo lleva por título "El lenguaje como patria" y está escrito por Norman Manea (1936), uno de los autores rumanos más importantes de la actualidad (de esto me vine a enterar buscando información sobre él: confieso mi ignorancia sobre el tema). Lo primero en que me fijé fue en el título mismo, especialmente en la palabra "lenguaje". Luego de leer el artículo y de saber que era la traducción al español (no hay información de la lengua en la cual fue escrito originalmente, pero pienso que fue en rumano), me pareció que el uso del término "lenguaje" calca la clásica sobreposición que existe en inglés con la palabra "language", al designar tanto a la facultad innata que tiene el ser humano de comunicarse verbalmente o por señas ("lenguaje"), como al código verbal aprendido en la infancia o en la escuela ("lengua"). Por ello titulé esta reflexión como "lengua". Realmente no lo hice sólo por ello, sino porque en otras ocasiones he tratado el mismo tema: una a propósito del novelista húngaro Sándor Márai y otra a propósito del poeta portugués Fernando Pessoa y de su heterónimo Alberto Caeiro.

A pesar de este error en la traducción al español, el artículo de Manea es un relato apasionante de la experiencia del escritor con las lenguas. Como judío fue criado en un ambiente plurilingüe; más tarde, los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial lo arrojan a un campo de concentración donde debe interactuar con prisioneros de las más variadas procedencias y allí aprende otras lenguas. Posteriormente, luego de la liberación sus padres lo ponen a aprender (¡oh paradoja!) alemán. A este respecto Manea dice: "... ellos también estaban conscientes, aunque no tuvieran una educación superior al promedio, de la diferencia entre las experiencias recientes y el largo plazo entre el odio y la cultura." Y también recuerda que la "lengua del verdugo" no fue solamente el alemán, sino el rumano del régimen pronazi de su país, y posteriormente el ruso de los ocupantes soviéticos. Y aún así su lado humano, o su fuerza de escritor, lo protegen de pasar la frontera del odio.

La instauración del régimen comunista en su país lo lleva a huir a Occidente: el idioma que primero lo acoge es, de nuevo, el alemán. Más tarde entrará en estrecho contacto con el francés, al igual que muchos intelectuales rumanos como Eugène Ionesco (1909 - 1994), Emil Cioran (1911 - 1995) o George Enescu (1881 - 1955), entre otros. Su labor de escritor prosigue y el siguiente hito corresponde a la implosión del comunismo. Nuestro autor relata cómo se renueva su relación con su lengua materna, el rumano, y llega a la conclusión de que a pesar de haber escrito en varias lenguas, aquél nunca dejó de ser su hogar: desde su infancia con la nodriza que le hablaba en rumano, hasta los años del postcomunismo, pasando por el largo periplo en los campos de concentración, luego como exiliado en Berlín o como escritor reconocido en Francia o Estados Unidos.

Si Pessoa afirmó en boca de su heterónimo Alberto Caeiro: "Minha pátria é a língua portuguesa". Si Sándor Márai encontró en el húngaro el ancla que lo mantuvo firme tras las borrascas de la Segunda Guerra Mundial y del comunismo, Manea recoge en este artículo los sentimientos de sus ilustres colegas y de millones de personas arrastradas por los vientos de la historia con mayúscula y de la historia de todos los días. Cuántas veces, inclusive en los círculos que hacen alarde de apertura y cosmopolitismo, se producen actos que llevan al "exilio", que apartan y que obligan a mantenerse en la propia patria de la lengua.

La lectura de este artículo lleva al lector por un sinnúmero de países lenguas y autores y, por fortuna, demuestra cómo la lengua es la patria genuina de un individuo. Tomando como referencia a Paul Célan (1920 - 1970), rumano de origen y lengua alemana y exiliado en Francia, Manea afirma sobre sí mismo:

"Fue en París, y no en Viena o Berlín o Zúrich, donde Célan se estableció y continuó escribiendo en su alemán exiliado. No es de sorprender que considerara el lenguaje como la patria del poeta, incluso aunque el lenguaje fuera alemán y el poeta judío. Incluso aunque el lenguaje fuera rumano y el escritor judío, agregaría... Rumania es, para mí, no sólo el lenguaje del verdugo y el de la opresión comunista o el de la rabia envenenada del postcomunismo, cada uno de los cuales afectaron mi relación con mi patria de distintas maneras. Las tensiones, viejas y nuevas, profundizaron mi sentido de vulnerabilidad y mis heridas, y me llevaron a evitar las noticias y mensajes de mi pasado rumano. No obstante, cualquier contacto con el espíritu, el sonido, incluso las palabras del lenguaje me consuela instantáneamente, me relaja, me revive, me guía de regreso hacia mí mismo. Es una redención familiar, y sin embargo siempre nueva e incomparable."

¿Somos acaso todos exiliados? ¿Hemos de reencontrar en nuestra lengua lo más íntimo de nosotros, lo que nos lleva a trascender la banalidad de lo cotidiano?

He aquí la pieza titulada "Ciocarlia" de George Enescu:


domenica 15 marzo 2009

Las lenguas de la épica: el portugués y el Renacimiento, el griego entre la Antigüedad y la era espacial

Quizá una de las ideas más arraigadas en las culturas es la de que el ser humano está de paso por el mundo. Sin embargo, a pesar de esta evidencia biológica indiscutible, o tal vez gracias a ella, el ser humano siempre ha buscado perdurar a través del tiempo y de las generaciones. La intención última de los grandes monumentos, de las obras de arte o de ingeniería que aún hoy son objeto de admiración es la de no dejarse vencer por el monstruo de cien cabezas que es el olvido. Como Perseo en su lucha contra Medusa, también las lenguas han tenido que esgrimir sus más variadas estratagemas y acuñar figuras trascendentales que eviten que este agujero negro llamado olvido las engulla, junto con todos aquellos que las han hablado.

Algunas de ellas lo han logrado de modo admirable durante más de veinticinco siglos y se han mantenido, no sin dificultades de toda clase, como fuente de savia para sus hermanas, hijas o conocidas. Seguramente la lengua y la cultura más representativa de esto es la griega. Desde el esplendor homérico y clásico, pasando por su simbiosis con la cultura romana y su hibernación (que no letargo) en la Edad Media o durante el largo dominio turco, la lengua griega ha sabido asimilar y ofrecer al género humano las obras más sublimes sin quedar desfigurada en la empresa.

Como la epopeya de los Argonautas, la historia de la lengua griega es épica, a tal punto que fue escogida por la NASA como mensajera de la raza humana para contactar a eventuales (¿improbables?) culturas extraterrestres en la misión Mars Odyssey en 2001. En aquella misión la lengua helénica no estaba sola. La acompañaba la música, lenguaje universal por excelencia, de la mano de un compositor griego de nuestros días: Evangelos Odysseas Papathanassiou, más conocido como Vangelis. "Mythodea" es el título de la composición en diez movimientos que Vangelis hizo para esta misión espacial. El 28 de junio de 2001 se realizó un gran concierto en el Templo de Zeus en Atenas, con el compositor, la Orquesta Metropolitana de Londres, el Coro de la Ópera Nacional de Grecia y las sopranos Jessye Norman y Kathleen Battle. De ella propongo los movimientos 6,9 y 10.


"Mythodea" - Movimiento 6


"Mythodea" - Movimiento 9


"Mythodea" - Movimiento 10


Volviendo atrás en la historia, el Renacimiento fue el momento en que la cultura occidental redescubrió y reasumió sus raíces grecorromanas. Si bien ya en tiempos de los trovadores provenzales (s. XIII) la concepción del mundo comenzara a desplazarse de lo religioso hacia lo humano, solamente en la Florencia del siglo XIV se dio el gran paso. La nueva concepción pasó prácticamente desapercibida al comienzo, pero poco a poco fue extendiéndose, tal vez a la par que los tratos comerciales y financieros de los florentinos. En el siglo XV el Renacimiento reinaba en casi toda Europa e Italia era, de nuevo, el centro del mundo económico y cultural. La lengua italiana (es decir, el florentino de Dante, Petrarca y Boccaccio) dejaría fuertes improntas en las principales lenguas literarias europeas: el francés, el español y el portugués. Es justamente el portugués la lengua que daría uno de los monumentos líricos más importantes del Renacimiento, tal vez el último, puesto que el "tsunami" de la Contrarreforma y el Barroco ya habían cubierto los otrora bastiones del Renacimiento. Se trata del poema épico "Os Lusíadas" de Luis Vaz de Camões (1524 - 1580), publicado en 1572. La vida de Camões, como la de Jasón, tiene connotaciones épicas. De hecho el viaje narrado en su obra cimera fue a decir poco autobiográfico y producto del destierro. He aquí un interesante video sobre "Os Lusíadas", con texto de un poema de Fernando Pessoa, el otro poeta portugués universal, y la pieza musical titulada "Lux Aeterna", del compositor inglés Clint Mansell. La gloria del gran poeta portugués, tan esquiva en vida, llegó después de muerto y se ha perpetuado como el Gran Autor en lengua portuguesa, estandarte del Renacimiento.






Perseo ha vuelto a vencer a Medusa ("Perseo" de Benvenuto Cellini, Piazza della Signoria, Florencia, 1545 - 1554)

giovedì 12 marzo 2009

Le frañol: experiencias de ensaladas de lenguas

A todos nos ha pasado: como estudiantes de idiomas o profesores, hemos vivido la experiencia indescriptible de mezclar u oír a nuestros estudiantes expresarse en "frañol", "itagnolo", "franglais" u otros tipos de ensaladas lingüísticas ("chi più ne ha, più ne metta").

He aquí una parodia de esta experiencia, a cargo del conocidísimo grupo de cómicos argentinos "Les Luthiers" y su "Les nuits de Paris". En "frañol": "Las nochés de París". Presentación realizada en Bogotá (Colombia) en 1986.

"Buon divertimento".



El segundo fragmento está dedicado a todos aquellos que se dedican a la traducción, y especialmente, a quienes no se dedican a esta profesión y con frecuencia piensan que la labor de los traductores es una "costura". Aderezado con una buena dosis de "frañol".

De nuevo "Les Luthiers" y su sketch "El regreso del indio".



Nótese la variedad dialectal argentina, que no "lengua" argentina, especialmente en la pronunciación y en la entonación.

lunedì 9 marzo 2009

Langue française: ressources en ligne

Au grand portail de l'Agence Universitaire de la Francophonie (AUF), vous trouvez le portail sur les ressources en ligne pour la langue française. Il est destiné surtout aux Départements de Langue Française, aux filières de langue française et aux centres de recherche en langues, mais je le conseille à toutes les personnes intéressées à l'apprentissage du français, à la francophonie et à la culture francophone en général.

Je vous propose la chanson "Ô Nuit" du compositeur et théoricien français de la musique de la période néoclassique Jean-Philippe Rameau (Dijon, 1683 - Paris, 1764). La chanson fait partie du film "Les choristes" (2004) de Christophe Barratier, dont j'ai pris cet extrait. Pour moi, ce film a un fort pouvoir émotif et pédagogique.



HYMNE À LA NUIT
(version à 4 voix)

O Nuit, viens apporter à la Terre
Le calme enchantement de ton mystère.
L'ombre qui l'escorte est si douce !
Si doux est le concert de tes voix chantant l'espérance !
Si grand est ton pouvoir, transformant tout en rêve heureux.

2 couplet, chanté 2 fois

O Nuit, Oh! laisse encore à la Terre
Le calme enchantement de ton mystère.
L'ombre qui l'escorte est si douce !
Est-il une beauté aussi belle que le rêve ?
Est-il de vérité plus douce que l'espérance ?

sabato 7 marzo 2009

Renacimiento y Barroco, Florencia y Venecia, Pintura y Música

En la entrada anterior sobre la lengua veneciana mencioné palabras como "predominio"o "batallas". Florencia impuso su lengua a Italia y su sensibilidad artística a Europa. Venecia abrió vías de comunicación y comercio impensables para la época y supo asimilar la sensibilidad renacentista y más tarde la barroca, especialmente en música, donde, en mi opinión, llegó a superar a su "rival" lingüística. Pero todos los rivales, en el fondo, se atraen y se aman, aun a distancia de siglos.

Hoy simplemente propongo un video que conjuga el esplendor de la pintura del Renacimiento florentino de Sandro Botticelli (Florencia, 1445 - Florencia, 1510) y el de la música del barroco veneciano de Antonio Vivaldi (Venecia, 1678 - Viena, 1741).


Música: extracto del Concierto en Mi mayor "L'amoroso" para violín RV 271 de Antonio Vivaldi.
Imágenes: Pinturas de Sandro Botticelli.

venerdì 6 marzo 2009

Lenguas del Renacimiento: el veneciano

Hoy en día es común despedirnos diciendo "chao" o "chau". Vamos de paseo a una "laguna" o vemos en la T.V. una "regata". Escuchamos en las noticias de la confiscación de un "arsenal". Nos metemos en un "embrollo" u oímos de los "lazaretos". Leemos o vemos en cine la historia de los judíos recluidos en los "guetos". Pero la naturalidad con la cual las empleamos nos oculta su origen. Pensamos que son castizas o a lo más hemos leído u oído que vienen del italiano. Pues bien: de castizas sólo tienen el nombre y la indumentaria: al fin y al cabo vienen de una lengua hermana. ¿El italiano? Sí y no: para estas palabras la lengua de Dante, Petrarca y Boccaccio ha sido un puente entre la lengua originaria y el español.

¿Cuál es esta lengua originaria? Se trata de la lengua veneciana (o véneta). También ella hermana del italiano, del español, del francés, del portugués, del catalán o del rumano, así como de otras lenguas que se hablan en Italia (napolitano, milanés, piamontés, lígur, emiliano, siciliano, etc.). Claro está que nuestros hermanos italianos denominan "dialectos" a las lenguas que se hablan en su territorio. Discrepo de ellos porque no se trata de variantes de la lengua italiana, sino de otras lenguas, otros códigos, que, por innumerables razones no lograron imponerse como lenguas literarias o que estuvieron a punto de hacerlo, pero fueron "derrotadas" por el florentino de las Tres Coronas (Dante, Petrarca y Boccaccio). A diferencia de lo que ocurrió en la Península Ibérica o en Francia, donde abundaron varias lenguas no literarias antes de la consolidación de los Estados más importantes y, por consiguiente de la expansión del predominio de algunas de ellas, en la vida cotidiana de Italia esta fragmentación se ha mantenido durante siglos. No así entre las clases letradas, que adoptaron para la lengua escrita el florentino de las Tres Coronas.

Pero volvamos al veneciano. La expansión literaria y administrativa del florentino comenzó en el Renacimiento (s. XIV), pero no la tuvo fácil. Por lo menos tenía tres rivales: el latín, el siciliano y especialmente el veneciano. Esta era la lengua de uno de los Estados más poderosos del Medioevo y del Renacimiento: la "Serenissima Repubblica di Venezia". Protagonistas de las Cruzadas, ya en 1204 los venecianos llegaron a saquear Constantinopla. Su red comercial y económica era avasalladora en todo el Mediterráneo oriental y central. Tan rica era "la Dominante", que cuando el grueso del comercio se trasladó al Atlántico después del Descubrimiento de América, su poderío continuó y sólo se extinguió en 1797, cuando fue conquistada por Napoleón. La producción literaria en veneciano fue abundante especialmente en los siglos XV, XVI y XVII.

Como se sabe, la ciudad de Venecia está construída sobre islas en medio de una "laguna", la "Laguna di Venezia" y es famosa por sus monumentos, pero también por el astillero donde se construían las naves de su poderosa flota. El lugar se llamaba "Arsenal". En la ciudad también se realizaban competencias entre barcos, llamadas "regatas". La diplomacia veneciana era renombrada en toda Europa, y como buenos diplomáticos, al saludarse, los venecianos se "humillaban" ante su interlocutor diciéndole "sciavo vostro" o simplemente "sciao". Ni siquiera los toscanos pudieron resistirse y el sciao veneciano se transformó en el "ciao" toscano e italiano. Como en el siglo XVI los españoles dominaban las tres cuartas partes de Italia, tomaron esta palabra y, calcando su pronunciación, la transformaron en nuestro "chao" o "chau".

Como ciudad comercial por excelencia, durante muchos siglos Venecia tuvo fama de acoger gente de muchos sitios y de dar refugio a personas o comunidades perseguidas. Los judíos encontraron en la ciudad un terreno fértil para establecerse y desarrollar sus actividades, especialmente las comerciales y financieras. Sin embargo, a comienzos del siglo XVI, el Gobierno de la República, presa de los prejuicios seculares contra ellos, quiso "reunirlos" en un solo sitio. Se escogió el barrio donde había existido una fundición, por lo cual era llamado "geto" (pronunciado "yeto"). Como la mayoría de los judíos eran de origen alemán, comenzaron a pronunciar esta palabra a la alemana, es decir, "gueto". Una vez más la fama de la ciudad trascendió sus puertas y en muchas otras ciudades de Italia y de Europa a estos lugares de reclusión se les empezó a llamar "guetos". Los toscanos también la adoptaron alargando la "t": ghetto. Los Papas no se quedaron atrás y también ordenaron la creación de un "ghetto" en Roma, que sería el último en ser abolido en Europa. Tras el Holocausto, el sentido de la palabra veneciana se amplió y pasó a designar a cualquier grupo discriminado por su origen étnico, su religión, su orientación sexual, por padecer enfermedades estigmatizadas socialmente, o simplemente por ser "diferente" del grupo dominante. Hay que decir que sobre la procedencia de la palabra veneciana hay varias teorías. Para profundizar en el tema de los guetos, es muy útil leer la sinopsis publicada a finales de 2008 en español en el blog "Dos Manzanas": Guetos (1), Guetos (2) y Guetos (3) y en catalán en "El blog de Nemo".

Puede ser que la lengua veneciana haya "perdido" la batalla contra el florentino, pero ha legado muchos términos cuyo uso se ha convertido en una parte fundamental de nuestra cultura.

Dedico esta extensa nota a todas aquellas personas que han sido o están recluidas en guetos físicos, políticos, religiosos, sociales o sexuales.

A pesar de haber sido una época de fuerte agitación política y de guerras atroces, el Renacimiento también ha sido símbolo de la libertad del ser humano. Dos muestras de artistas venecianos. Una, la pintura de Giovanni Bellini (1430 - 1516), con la música del "Stabat Mater" de Giovanni Battista Pergolesi (1710 - 1736), éste último originario de Jesi, una pequeña ciudad en la región de Las Marcas, entonces parte del Estado Pontificio.



La segunda muestra se trata del famoso "Adagio" (1696 aprox.) del también veneciano Tommaso Albinoni, (1671 - 1751) con pinturas de otro artista véneto del Renacimiento: Paolo Veronese (1528 - 1588). Esta pieza musical es una reconstrucción que llevó a cabo en 1945,el musicólogo milanés Remo Giazotto (1910 - 1998) a partir de restos de composiciones que se salvaron del bombardeo de la Biblioteca Estatal de Dresden, donde reposaba la mayor parte de las partituras de Albinoni.