El 21 de enero me referí aquí por última vez a la Reforma Académica en curso en la Universidad Nacional de Colombia, y más específicamente a la manera en que impone el inglés como lengua-requisito para los estudiantes, aunque las otras lenguas que tradicionalmente ha ofrecido la Universidad aún mantienen un pequeño espacio. Si bien en el papel este espacio viene a ser el componente de libre elección, no es menos cierto que la normatividad condiciona la oferta de estas lenguas a la disponibilidad de recursos financieros y humanos. Aún falta una semana para el inicio de las clases y el presupuesto previsto por el Programa ALEX ya fue recortado, al punto de que de la programación inicial de cursos se ha tenido que reducir prácticamente solo a los de ... inglés. De esta purga se salvan (¡enhorabuena!) los cursos de italiano y portugués, dado que los profesores a cargo de ellos son de planta. También se salvan los de farsi y chino porque sus profesores están en la Universidad mediante sendos convenios con los gobiernos iraní y chino. Más aún, se abrirá un curso de turco en vista de que el Departamento de Lenguas suscribió un convenio con una entidad externa.
¿Y a esto lo llaman una política lingüística seria, que beneficie a los estudiantes y a la Universidad en su pretendida "internacionalización"? ¿Acaso este año quedará en la historia de la Universidad y particularmente de la actual dirección del Departamento de Lenguas Extranjeras como el año en que éste debería pasar a llamarse "Departamento de Nuestras-Lenguas-Casi-Extintas" o "Departamento de Lenguas-que-una-vez-tuvimos-y-ya-no-tenemos"?
¡Así se gestiona una institución y un Departamento! ¡Qué viva el culto a la personalidad!
J'accuse!
Como ahora en la Universidad las lenguas parecen ser "fantasmas", queda su voz. Pero no olvidemos que la voz es el más hermosos de los instrumentos. Por ello, y en espera de que realmente el sentido común habite de nuevo en el Campus, y de que el exilio termine, escuchemos dos obras maestras del siglo XX.
De un lado, la "Vocalise", compuesta por Sergei Rachmaninov en 1912, justamente poco antes de que la Revolución Rusa lo obligara a exiliarse en Estados Unidos. Hay muchas versiones de esta pieza, originalmente compuesta para soprano o tenor con acompañamiento de piano. Aquí está interpretada por la soprano norteamericana Renée Fleming.
De otro lado, las Bachianas Brasileiras N°5, compuestas entre 1938 y 1945 por Heitor Villa-Lobos, como homenaje a Bach. Algunos han destacado su semejanza con el Aria del compositor alemán y con la "Vocalise" de Rachmaninof. La letra fue escrita por uno de los mayores poetas brasileños: Manuel Bandeira. Esta versión está interpretada por la soprano española Victoria de los Ángeles (en mi opinión una de las voces más hermosas que haya dado la ópera) bajo la dirección del propio Villa-Lobos.
Tarde uma nuvem rosea lenta e transparente.
Sobre o espaço, sonhadora e bela!
Surge no infinito a lua docemente,
Enfeitando a tarde, qual meiga donzela
Que se apresta e a linda sonhadoramente,
Em anseios d'alma para ficar bela
Grita ao céu e à terra toda a Natureza!
Cala a passarada aos seus tristes queixumes
E reflete o mar toda a Sua riqueza...
Suave a luz da lua desperta agora
A cruel saudade que ri e chora!
Tarde uma nuvem rosea lenta e transparente
Sobre o espaço, sonhadora e bela!
La voz no desaparece.
giovedì 12 febbraio 2009
Políticas sobre lenguas extranjeras (III)
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