domenica 1 febbraio 2009

Las otras lenguas de la ópera: de cómo nuestros estereotipos no traspasan fronteras

Algunas veces, cuando en la primera clase he preguntado a mis estudiantes con qué asocian la lengua italiana, las respuestas recurrentes son, entre otras: pizza, arte, sol y ... ópera. Creo que si un maestro de música hiciera la pregunta al contrario, es decir, con qué se asocia la ópera, una de las respuestas sería "italiano". En ambos casos los estudiantes están en lo cierto, pero no totalmente. Nadie duda de que la ópera naciera en la Florencia de los Médicis y de que con el avance del Renacimiento por el resto de Italia y Europa, este género musical encontrara en otras lenguas, además de la italiana, el medio para expresarse lingüística y literariamente: el francés y el alemán ante todo. Pero también el inglés. Y aún más, en la Europa decimonónica la reivindicación de las culturas nacionales haría posible que al repertorio operístico se unieran lenguas como el húngaro, el ruso o el checo. Inclusive el español y el portugués han sido tocados por el encanto de la ópera.

Por otra parte, después de publicar la entrada anterior, en la cual me referí a los portales Europeana y Galanet, quedé con una extraña sensación de "incompletezza", de que una evocación me pedía salir a flote. Creo haber encontrado ese "hilo de Ariadna" en los nombres mismos de los dos portales. Me explico.

La evocación subyacente al nombre de Galanet había salido a medias en el momento en que compartí el fragmento de la película "Polifemo". Pero el deforme y bestial cíclope Polifemo tiene su contrapeso en la dulce y hermosa ninfa Galatea, nombrada ya por Homero en La Iliada y celebrada en las Metamorfosis de Ovidio. El mito de Galatea es la historia de un triángulo amoroso: ella se enamora del hermoso pastor Acis, quien por fortuna le corresponde; pero el cíclope también se enamora de ella e intenta seducirla con la música de una flauta (recordemos: la música es peligrosa). Ella no accede. Polifemo, preso de la ira aplasta a Acis con una roca. Hasta aquí la tragedia. Mas Galatea, por ser una ninfa, una divinidad, convierte la sangre de Acis en un río que lleva hasta hoy el nombre de su amado y así puede estar con él para siempre.

Volviendo al tema de la ópera, hay que decir que en sus inicios los temas de que trataba eran mitológicos. Pues bien, en 1718 en una lejana isla llamada Gran Bretaña un compositor alemán que había adoptado a Inglaterra como su segunda patria compuso una ópera dedicada a Acis y Galatea, con libreto en inglés, no en italiano (que debía ser la lengua operística por antonomasia), ni en francés. El compositor era ni más ni menos que Georg Friedrich Händel y el libreto era de John Gay y Alexander Pope. La ópera: Acis and Galatea. Escuchemos un extracto del comienzo en que Galatea, tras el coro de los pastores, canta su amor por Acis. El recitativo es "Ye verdant plains and woody mountains". El aria es: "Hush, ye pretty warbling quire!". Galatea es interpretada por la soprano australiana Joan Sutherland. La grabación: de 1960. Después de todo la ópera en inglés no suena tan terrible como algunos creen. Inclusive hay más óperas en inglés que en español. Tampoco hay que olvidar que en el siglo XX la ópera en inglés ha tenido un desarrollo extraordinario, ni que al público anglófono le encanta la ópera o que los países de habla inglesa han dado muchos cantantes de ópera de primer orden desde hace muchos años.



Otro de los aportes lingüísticos viene del compositor checo Antonín Dvorák, cuya ópera más conocida también relata la historia de una ninfa, Rusalka, enamorada de un humano que se baña en las aguas donde ella habita. Después de mucho insistir, una tía, hechicera ella, la transforma en humana, pero con la condición de que será muda y de que si su amor no es correspondido, su amado morirá. El final no es tan alegre como en la ópera de Händel, aunque hay que recordar que estamos a finales del siglo XIX. El libreto es del poeta checo Jaroslav Kvapil y está basado la mitología eslava, así como en varias obras literarias anteriores, de las cuales la más conocida es La Sirenita, de Andersen. Escuchemos el aria más famosa de esta ópera, del Acto I, en que Rusalka, todavía ninfa, canta a la luna y le pide por su amado. La soprano es la norteamericana Renée Fleming.



Transcribo la letra original en checo,y dos versiones: una en español y otra en inglés. Todas están tomadas del video.

Checo
Měsíčku no nebi hlubokém,
světlo tvé daleko vidí,
po světě bloudíš širokém,
díváš se v příbytky lidí.
Měsíčku, postůj chvíli,
řekni mi, kde je můj milý!
Řekni mu, stříbrný měsíčku,
mé že jej objímá rámě,
aby si alespoň chviličku
vzpomenul ve snění no mne.
Zasvit mu do daleka,
řekni mu, kdo tu naň čeká!
O mně-li duše lidská sní,
af se tou vzpomínkou vzbudí!
Měsíčku, nezhasni, nezhasni!

Español
Luna, que con tu luz iluminas todo
desde las profundidades del cielo
y vagas por la superficie de la tierra
bañando con tu mirada el hogar de los hombres.
¡Luna, detente un momento
y dime dónde se encuentra mi amor!
Dile, luna plateada,
que es mi brazo quien lo estrecha,
para que se acuerde de mí
al menos un instante.
¡Búscalo por el vasto mundo
y dile, dile que lo espero aquí!
Y si soy yo con quien su alma sueña
que este pensamiento lo despierte.
¡Luna, no te vayas, no te vayas!

Inglés
Silver moon upon the deep dark sky,
Through the vast night pierce your rays.
This sleeping world you wonder by,
Smiling on men's homes and ways.
Oh moon ere past you glide, tell me,
Tell me, oh where does my loved one bide?
Tell him, oh tell him, my silver moon,
Mine are the arms that shall hold him,
That between waking and sleeping
Think of the love that enfolds him.
May between waking and sleeping
Think of the love that enfolds him.
Light his path far away, light his path,
Tell him, oh tell him who does for him stay!
Human soul, should it dream of me,
Let my memory wakened be.
Moon, oh moon, oh do not wane, do not wane,
Moon, oh moon, do not wane...

De la evocación sobre el nombre del otro portal, Europeana, hablaré próximamente.

2 commenti:

Tonyo ha detto...

Hay incluso algún pequeño intento de ópera en esperanto. Lou Harrison escribió una pieza "La Koro Sutro" en esa lengua.
La verdad es que, efectivamente, a pesar de los prejuicios, cualquier lengua puede ser musical.

rosenkavalier1969 ha detto...

Tonyo: gracias por el comentario y la información sobre Harrison. Buscaré más información para hacer una reseña en el blog.

rosenkavalier1969